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Necesitamos diseños chilos (chingones), no diseños estúpidos (de la chingada)

  • Foto del escritor: Fanzine Ubicuo
    Fanzine Ubicuo
  • 6 ago 2020
  • 4 Min. de lectura

Lucía García

Contacto: lu-gar_arquitectura@hotmail.com

Arquitecta, cachanilla



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Todo puede ser

tan peligrosamente leve

como la nieve en la bola de nieve

Jorge Drexler1


Así como nos sugiere el eje temático de este fanzine el diseño puede ser un acto tanto profesional como cotidiano; pienso que muchas veces el cotidiano no es tan evidente en la vida de muchas personas, no necesariamente porque no tengan habilidades creativas o artísticas sino porque no hay una sensibilidad o un reconocimiento más amplio de lo que es o puede ser el diseño; o vaya, a lo mejor ni tiempo hay para brindar una atención más allá de lo superficial. Además, no muchas personas cuentan con los recursos o la disponibilidad para una educación superior de diseño y realmente no lo creo necesario, me refiero a que no pienso que todos necesiten ir a la universidad, una educación superior no debiera encerrarse dentro de estos círculos académicos puesto que uno de los fines nobles que tienen o debieran tener estas instituciones es compartir y guiar en este conocimiento a las personas afectadas por él.


Y no por afán de querer protagonizar, pero el diseño sí afecta a todos, el diseño no es solo algo bonito, caro, o un dibujito. El diseño nos rodea en objetos, en espacios, en lo que consumimos, en los sistemas de organización, en los programas de educación, en las chicanadas, etcétera infinito, o bueno tal vez si hay un finito, pero creo que se entiende el punto. Dicho esto, es importante recalcar, algo muy obvio exponiéndose con la situación actual, que estamos inmersos en mucho pero mucho diseño malo. Por malo no me refiero al “mal gusto” porque las cualidades estéticas del diseño sí importan, pero en gustos se rompen géneros y hay un público para todo. Me refiero a que no brinda un valor más allá de su creación. Cuando el diseño producido es únicamente para un beneficio monetario de unos pocos, y en el peor de los casos afecta sin medida a las personas más vulnerables.


Alice Rawsthorn2 clasifica de manera muy puntual tipos de diseños malos: el inútil, el que carece de sentido, el flojo, el irreflexivo o desconsiderado o inconsciente o, una traducción literal que me gusta más: el “menos pensado” (toughtless), el ofensivo y por último, el “buenas intenciones, pero...”.


Siendo alguien que reflexiona sobre estos temas continuamente podemos recordar inmediatamente algo que aplique para cada una de estas categorías y aunque no fuéramos así, en nuestro día a día, reconoces cosas estúpidas que te complican la vida, pero nos condena la costumbre, la resignación o el desconocimiento de cómo pueden ser mejor las cosas. Y esas cosas pueden ser tanto en una escala pequeña como en una escala global, o también puede que muchas cosas pequeñas se acumulen hasta explotar en una crisis.


Evidentemente, esto no es una exageración. Vivo en el estado (al momento de escribir esto) con el cuarto lugar en casos de Covid y esto no es solo por la gente que no hace caso sino también por la pobreza de calidad en los espacios y los sistemas dentro de las ciudades que no permiten a las personas, sin opción más que salir, tener las herramientas y condiciones para hacerlo de la manera menos riesgosa. Lo urgente y lo que ya pasa en muchos lugares es el diseño como herramienta para controlar la crisis sanitaria mundial, pero este se limita a la reacción que tengan las personas a él, a que la comunicación sea efectiva y que a la gente le importe. Si cuando te importa a veces no prestas atención mucho menos cuando no. Y el diseño debe ser para todos incluso para los que no les importa porque termina afectando a todos. Una de las fases que creo es rescatable, de los múltiples esquemas de pensamiento de diseño(un tanto simplistas), es el empatizar, y no solo con las personas sino con lo que implica todo nuestro entorno; utilizar la herramienta del buen diseño para el bien común; porque también hay buenos diseños, en el sentido de que funcionan, con fines siniestros y que han perdurado hasta el día de hoy; “el diseño es una de las herramientas más poderosas a nuestra disposición para abordar los problemas masivos a los que nos enfrentamos(...)pero solo si se implementa de manera sensible, inteligente y con empatía, con precisión rigurosa y la humildad necesaria.”3 “Necesitamos desesperadamente diseños buenos en este mundo y desesperadamente no necesitamos diseños malos”4 o séase, necesitamos diseños chilos(chingones), no diseños estúpidos(de la chingada).


REFERENCIAS:


(1) Jorge Abner Drexler Prada. La nieve en la bola de nieve.

(2) Taahirah Martin. “Alice Rawsthorn on bad design”. https://www.designindaba.com. 2019. Design Indaba. 23 de Junio del 2020 https://www.designindaba.com/articles/conference-talks/alice-rawsthorn-bad-design.

(3) Ibid.

(4) Ibid.



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